No debemos cargar a nuestros padres con la responsabilidad de criar a nuestros hijos. Sí, en cambio, debemos animarlos y motivarlos a vivir una vejez plena, celebrando sus reuniones con amigos, sus viajes, y no quejándonos porque una tarde no pueda cuidar a los niños por tener un Té en la Iglesia, o porque tenga visitas. Ellos tienen derecho a vivir un camino pleno hacia su vejez, sin estar a merced de nuestras necesidades.
Déjalos envejecer con alegría
Hace unas décadas atrás, los abuelos tenían todo el tiempo para cuidar a sus nietos y pasar tiempo de calidad. Hoy, muchos abuelos jóvenes trabajan o tienen vidas sociales ajetreadas.
Los abuelos siempre fueron una pieza clave y fundamental en las familias. Pero en la actualidad, muchos abuelos dedican a sus nietos todas las tardes de su vida, y lo que debería ser una relación afable y cariñosa se convierte muchas veces en un vínculo tirante y tenso.
Los abuelos están para eso; para “malcriar”, para soltar toda la rectitud de la vida adulta y dejarse llevar por la energía jovial que supone tener niños alrededor. Con la ventaja de que no es su responsabilidad criarlos ni educarlos, sino apoyarlos, divertirse junto a ellos y ser el puente que une a las familias.
Si tienes hijos, sabrás que tus hijos adoran a sus abuelos y sienten un gran deseo de verlos y estar con ellos. Seguramente también hayas tenido algún que otro
Desacuerdo en la forma en la que se comportan tus padres con tus hijos. Que si le dan chocolates antes de cenar, o si les compran golosinas a escondidas, o que si “en la casa de la abuela puedo subirme a la mesa”, o “el abuelo me deja andar descalzo por la casa”.
También puede suceder al revés, que los abuelos se estresen tratando de criar y educar a sus nietos en aquellas posturas y criterios diferentes a sus hijos. Así encontramos abuelos que toman a pecho la educación de los nietos y les cuesta correrse del rol de padres.
Los abuelos ya fueron padres, ahora es tiempo de disfrutar
Muchos padres de hoy tienen por costumbre dejar a cargo a los abuelos para tareas como llevar y traer los hijos del colegio, llevarlos al club o a un cumpleaños, y hasta asistir a las reuniones de padres. No está mal que suceda eventualmente, puesto que es fabuloso contar con ellos, pero cuando ésto se transforma en una responsabilidad, nos estamos aprovechando del tiempo y la disposición de nuestros padres, que de a poco se van convirtiendo en adultos mayores.
Cuando mi madre no ve a mis hijos por un par de días, noto su entera disposición y buen ánimo para cuidarlos cuando lo necesito, o cuando deseamos salir con mi marido una noche a cenar. Por ello, aunque los niños ven seguido a su abuela, procuro que se extrañen, pues así disfrutan más senda compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario