Ya no tenemos la figura de los 20
años, pues a los 40 las piedras del camino han maltratado nuestro cuerpo.
Nuestra mirada es notoria, pues se ha formado durante años, permitiéndonos
manejar el arte de amar a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros
familiares y a nuestros amigos.
Acumulamos
de manera perfecta la experiencia y la juventud, lo que nos hace dominar el
arte y el manejo de nuestra esencia, sumando vida a los años que hemos gozado y
que nos quedan por gozar.
Porque
una mujer de más de 40 deja huella por dónde camina, haciéndose dueña de sus
pasos. Siente que pisa fuerte, transmite seguridad en sí misma y ha logrado una
estabilidad y un equilibrio emocional y personal que hipnotiza.
A
partir de los 40 por fin entendemos que cada persona que te encuentras tiene un
papel. Algunas personas te ponen a prueba, otras te utilizan. No falta quien te
ama y te enseña, pero las personas realmente importantes son las que sacan lo
mejor de ti. Son y serán personas pocos comunes y extraordinarias las que te
recuerdan que todo ha merecido la pena.
La Magia del
momento
Muchas mujeres de más de 40 ya se
han visto en situaciones complicadas. Han podido ser apartadas y rechazadas por
su sociedad. Quizá han vivido traiciones y desengaños que las han hecho
madurar. O han podido sentir en su piel el desgarro de separaciones
deshonrosas, de abandonos y de menosprecios.
Mujer
madura en los 40 están forjadas en el fragor de la batalla y heridas por las
flechas más inesperadas. Han cargado sobre sus espaldas gran parte del peso de
la vida y, por eso, las mujeres con más de 40 han desarrollado un séptimo
sentido que les permite ir más allá, mantenerse serenas y reconciliarse con la
vida.
La magia de ser mujer después de los 40
Las
mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y tanto,
y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas y, sobre
todo, enormemente seductoras. Esto a pesar de sus incipientes patas de gallo, o
de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan
humanas, tan reales…
Hermosamente
reales.
Sharon Stone con 48
años.
Darnos
la oportunidad de confiar en nosotras mismas con profundidad es algo que
asusta. Sin embargo, una mujer con experiencia está en predisposición de
entender que el misterio forma parte de la maravilla y que no podemos
entenderlo todo desde un punto de vista estrictamente físico.
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