Leiste bien el título. No
es nada exagerado y es que la felicidad del amor nos hace comer más y si alguna
vez paso por tu mente que estar en una relación te hace engordar, estás en lo correcto.
Existen estudios e investigaciones que establecen que si mantenemos un vínculo
estable y feliz estamos expuestos a un riesgo mayor de subir de peso.
En
el estudio realizado por investigadores de la Universidad de Queensland, en
Australia, trabajaron con 6.459 mujeres durante 10 años. Fue ahí cuando
descubrieron que las mujeres que tenían edades comprendidas entre los 20 y los
30, sin hijos, quienes se habían casado o poseían un enlace serio, pesaban más
que las solteras. Aparentemente, las primeras habían
subido una media de 5 kilos, 30% menos que las segundas.
Sin
embargo, las mujeres no son las únicas que habían pasado por esto durante los
romances duraderos. Otro proyecto llevado a cabo por la Universidad Metodista
del Sur en Dallas, siguió los casos de 169 parejas durante 4 años, llegando a
la misma conclusión: ambos subían de peso.
La razón por la que el amor nos hace engordar
Las
razones para este incremento de peso son diversas, pues los científicos señalaron
que en ciertos casos es debido a que la gente se adapta a los hábitos de vida
del otro, y estos no suelen ser los más saludables. Por un lado, las mujeres
tienden a comer más comidas altas en grasa y azúcares, desarrollando un cambio
en la percepción de los tamaños de las porciones. Por ejemplo, terminan
ingiriendo la misma cantidad que sus compañeros hombres, sin darse cuenta de
que no requieren tantas calorías como ellos.
Incluso,
algunas mujeres encuestadas reconocieron haber consumido la misma cantidad de alimentos
o incluso más que los varones. También se notaba que los vínculos felices
pasaban más tiempo y se esforzaban más en la preparación de los platos. Al
vivir solos es más probable que nos saltemos varias comidas o que probemos algo
rápido, mientras que al vivir en pareja estamos más propensos a realizar cenas
más abundantes, con postres y bebidas.
Al tener una vida en pareja o en
matrimonio, las comidas juegan un rol muy importante debido a que son los
momentos en los que compartimos la felicidad de estar juntos. Lo que puede
provocar que algunos individuos abandonen o dejen de hacer ejercicio, cambiando
su estilo de vida a uno bastante más sedentario. Cuando las prioridades
cambian, dedicamos menos tiempo al cuidado personal.
Es
ahí cuando empiezan a organizar cenas más grandes y a pasar los fines de semana
en casa, viendo películas y comiendo palomitas o helados en el sofá. Obviamente,
todo esto resulta muy placentero, pero genera a su vez un aumento de peso de
cada uno.
Para finalizar:
Queremos
dejar en claro que dichos resultados solo reflejan una tendencia común, pues
existen muchas personas que siguen preocupándose de su estilo de vida incluso
después de involucrarse en una relación estable y para muchos puede ser
positivo, debido a la influencia del otro para practicar más ejercicio y comer
menos y más sano.
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