domingo, 7 de abril de 2019

Estudio científico lo confirma: Las parejas que se aman de verdad, engordan juntas.



Leiste bien el título. No es nada exagerado y es que la felicidad del amor nos hace comer más y si alguna vez paso por tu mente que estar en una relación te hace engordar, estás en lo correcto. Existen estudios e investigaciones que establecen que si mantenemos un vínculo estable y feliz estamos expuestos a un riesgo mayor de subir de peso.
En el estudio realizado por investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, trabajaron con 6.459 mujeres durante 10 años. Fue ahí cuando descubrieron que las mujeres que tenían edades comprendidas entre los 20 y los 30, sin hijos, quienes se habían casado o poseían un enlace serio, pesaban más que las solteras. Aparentemente, las primeras habían subido una media de 5 kilos, 30% menos que las segundas.
Sin embargo, las mujeres no son las únicas que habían pasado por esto durante los romances duraderos. Otro proyecto llevado a cabo por la Universidad Metodista del Sur en Dallas, siguió los casos de 169 parejas durante 4 años, llegando a la misma conclusión: ambos subían de peso.

La razón por la que el amor nos hace engordar

Las razones para este incremento de peso son diversas, pues los científicos señalaron que en ciertos casos es debido a que la gente se adapta a los hábitos de vida del otro, y estos no suelen ser los más saludables. Por un lado, las mujeres tienden a comer más comidas altas en grasa y azúcares, desarrollando un cambio en la percepción de los tamaños de las porciones. Por ejemplo, terminan ingiriendo la misma cantidad que sus compañeros hombres, sin darse cuenta de que no requieren tantas calorías como ellos.
Incluso, algunas mujeres encuestadas reconocieron haber consumido la misma cantidad de alimentos o incluso más que los varones. También se notaba que los vínculos felices pasaban más tiempo y se esforzaban más en la preparación de los platos. Al vivir solos es más probable que nos saltemos varias comidas o que probemos algo rápido, mientras que al vivir en pareja estamos más propensos a realizar cenas más abundantes, con postres y bebidas.
Al tener una vida en pareja o en matrimonio, las comidas juegan un rol muy importante debido a que son los momentos en los que compartimos la felicidad de estar juntos. Lo que puede provocar que algunos individuos abandonen o dejen de hacer ejercicio, cambiando su estilo de vida a uno bastante más sedentario. Cuando las prioridades cambian, dedicamos menos tiempo al cuidado personal.
Es ahí cuando empiezan a organizar cenas más grandes y a pasar los fines de semana en casa, viendo películas y comiendo palomitas o helados en el sofá. Obviamente, todo esto resulta muy placentero, pero genera a su vez un aumento de peso de cada uno.

Para finalizar:

Queremos dejar en claro que dichos resultados solo reflejan una tendencia común, pues existen muchas personas que siguen preocupándose de su estilo de vida incluso después de involucrarse en una relación estable y para muchos puede ser positivo, debido a la influencia del otro para practicar más ejercicio y comer menos y más sano.
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